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En un pastel “Velvet” la clave para lograr la textura suave del terciopelo es usar suero de leche o buttermilk y bicarbonato de sodio. El pink Velvet se diferencia del famosísimo “Red Velvet” en que no se le añade cacao ni vinagre, y en que el bizcocho tiene un delicioso sabor a vainilla y un intenso sabor a fresas.En nuestro caso añadiremos al bizcocho polvo de fresa y algo de colorante rosa para conseguir ese aroma y el color rosa intenso.El relleno y la cobertura lo haremos con un frosting de mascarpone y nata con culis de fresas.
Ingredientes
Para el bizcocho pink Velvet: 280 g de harina 280 g de azúcar 225g de mantequilla pomada 4 huevos M 250 g de buttermilk ó 250 g de leche entera con un chorro de zumo de limón 6 g de levadura química 1 cucharadita de extracto de vainilla 60g polvo de frambuesas Natural (o triturar frambuesas liofilizadas ) C.s.p. de colorante rosa en pasta (yo he usado la marca Wilton) 1 cucharadita de sal (5g) 1 cucharadita de bicarbonato de sodio (5 g)
Material: 2 Moldes de 20cm de diámetro Manga pastelera Con Boquilla rizada Paleta Alisador o rasqueta Batidor de varillas
Preparación
Para el bizcocho: (se prepara el día antes):
- Preparamos los moldes, ponemos papel de horno en el fondo y engrasamos el resto con spray desmoldante (o con mantequilla, espolvoreamos con harina y retiramos el exceso). Reservamos.
- Precalentamos el horno a 175º C con calor arriba y abajo.
- Empezamos añadiendo el limón a la leche para hacer una buttermilk casera. Luego, agregar la vainilla y mezclar. La dejamos reposar durante 10 minutos mientras seguimos con la receta.
- En un bol, batir la mantequilla pomada a velocidad media durante uno o dos minutos hasta obtener una mezcla ligera y cremosa. Sin dejar de batir, añadir el azúcar hasta que el volumen de la mantequilla aumente.
- Añadir los huevos uno por uno mientras se bate.
- Es el turno de los ingredientes secos. Tamizar la harina, junto con la levadura, la sal y el polvo de frambuesas. Una vez tamizado, mezclamos todo, alternado los ingredientes secos y la buttermilk.
- Para darle algún más de color, añadimos ahora si hace falta el colorante rosa en pasta
- Vertemos la masa sobre los moldes de 20cm con papel de horno en la base y alisamos la superficie (para dosificar la masa se puede usar una cuchara de helado o pesar los moldes).
Introducimos en el horno, unos 30-35 minutos o hasta que al pincharlo con un palillo, éste salga completamente limpio.
Sacamos del horno y dejamos reposar 10 minutos en el molde. Transcurrido este tiempo, desmoldamos y dejamos enfriar boca abajo completamente sobre una rejilla.
Finalmente llevamos los bizcochos a la nevera para que sea más fácil cortarlos y rellenarlos. - Para el relleno y la cobertura:
- ~ Para el confit de fresas: Se calientan en un cazo las fresas lavadas trituradas y coladas con la mitad del azúcar la glucosa y el limón. Cuando la temperatura ha llegado a 50°C se añade la pectina con el resto del azúcar y se remueve constantemente hasta ebullición. Se deja enfriar a temperatura ambiente. Se puede preparar el día anterior y una vez enfriado se guarda en un taper en nevera.
- ~Para el coulis de fresas: Se puede preparar el día antes. Se trituran las fresas hasta obtener un puré. Se calienta en un cazo el puré con el azúcar y el limón (unos 10 minutos). Se deja a temperatura ambiente hasta que baje a unos 35°C y se guarda en nevera hasta su uso.
- ~Para la chantilly: El día anterior: se bate el mascarpone con el azúcar; se calientan 200ml de la crema de leche en un cazo con y la vainilla. Fuera del fuego se añade la gelatina. Se disuelve, se quita la vaina de vainilla y se añade al mascarpone. Se incorpora bien y se añade el resto de la crema de leche fría, el coulis de fresas y un poco de colorante rosa. Se tapa a contacto y se deja en nevera toda la noche.
El montaje: el día de la consumición
- Batimos la chantilly de fresa hasta que quede montada en picos firmes. Se mantiene en frío hasta el montaje.
- Retiramos la parte superior de cada bizcocho, que estará ligeramente abombada y los partimos en dos.
- Colocamos el primer bizcocho sobre una bandeja de servir. Cubrimos el bizcocho con 1/3 del confit de fresas (batiéndolo un poco antes si ha cogido mucha consistencia). Extendemos por encima la chantilly de fresas con una paleta o mejor con manga pastelera (sin boquilla o con boquilla redonda lisa). Alisamos para tener una capa bien recta y no muy espesa.
- Colocamos la siguiente capa de bizcocho, y disponemos sobre ella el confit de fesas y luego la chantilly de igual forma. Hacemos lo mismo con la siguiente capa. Finalmente tapamos con la última capa de bizcocho y extendemos una fina capa de la chantilly por la superficie y los laterales (llamada “tapamigas”).
- Llevamos la tarta a la nevera durante 15 minutos. Pasado este tiempo, la capa de frosting habrá endurecido un poquito y será más fácil poner la cobertura definitiva.
- Nuevamente ponemos crema por todo el lateral de la tarta creando una capa de frosting más gruesa. Cuando terminemos los laterales, cubrimos la parte superior.
- Ahora, con un alisador, igualamos la superficie de la tarta. Apoyamos el alisador sobre el plato (preferentemente giratorio) para hacer un ángulo totalmente recto. Para la parte superior, basta con girar la tarta mientras alisamos la superficie con la espátula.
- Refrigerar la tarta un par de horas antes de servirla.
- Se puede decorar los bordes de la superficie con copitos de la crema hechos con la boquilla rizada y espolvorear con el polvo de fresas o con merenguitos rosas..
Consejos:
También se puede rellenar las capas con fresas limpias y cortadas.